domingo, 15 de agosto de 2010

Soneto incoherente de resurrección.




¡Qué miedo escribir con tanto que contar!
Terminó la Stazione Termini, è vero,
y no salieron palabras de mi tintero
que destapasen emociones envasadas en el mar.

En julio no extrañé el extraño aroma romano,
el aterrizaje al madrileñismo lo cogí con gusto,
pero en agosto se moja la almohada con insultos
para que recuerde y resucite este blog desamparado.

Inauguro otra de mis siete vidas indecentes,
no sé qué será de mí en este año post-traumático
mas ronroneo con ilusión por artefactos insurgentes.

La gata abajofirmante pide desde su tejado
que encuentren la suerte los valientes
¡y que Dios bendiga al borracho de San Erasmo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario